Atrevida, ostentosa y veraniega, así es el New York de la costa valenciana. Prepara el flotador que te contamos qué hacer entre los rascacielos y las olas de verano en tu viaje a Benidorm.
Un litoral de 5km y cinco playas para elegir: Levante, Poniente, Mal Pas, Albir o Almadraba son ideales para clavar la sombrilla, pasear, hacer snorkel y disfrutar de la brisa relajadamente.
Lo más conocido de España es la paella y el mejor lugar para comerla es en Valencia, su lugar de origen. Pero no solo de arroz vive el hombre, aprovecha para probar la fideuá, los fartons amb chufa o la Titaina.
Aunque cueste creerlo antes de tantos rascacielos Benidorm era un pueblo pesquero, descubre sus orígenes visitando el mirador Punta de Canfalí, la parroquia de San Jaime o la escalinata de la Plaza del Castillo.
Es el símbolo de la ciudad, un balcón al Mediterráneo con unas vistas de escándalo que se divide en dos partes, una zona alta de descanso y una zona en la que se baja por unas escaleras hasta tocar el mar.
Si sufres mal de altura puede que no sea lo tuyo pero bien merece la pena subir al rascacielos más alto de Europa. 186 metros y 52 pisos para disfrutar las mejores vistas panorámicas de Benidorm.
Si te encanta pasar horas en el agua hasta arrugarse prepárate para practicar snorkel y disfrutar del increíble fondo marino, especialmente el que hay en Cala Almadrava.
¿Hay algo más emocionante que un viaje en familia? Sí, un viaje en familia a Benidorm disfrutando de las atracciones de parques como Terra Mítica o Aqualand. ¡Adrenalina pura!
Después de darte un merecido baño de sol querrás lucir bronceado. La noche no duerme, el ocio nocturno es un must y las mejores discotecas las encontrarás en Calle Esperanto o el Carreró dels Gats.