Su clima subtropical atrae a miles de viajeros todo el año, pero estas ocho islas tienen mucho más que ofrecer. Descubre la esencia de cada una de ellas más allá de su eterna primavera.
Esta isla hecha de lava destaca por los placeres sencillos; volcanes en el Parque Nacional de Timanfaya, la delicada arquitectura de César Manrique y cientos de playas bonitas como la playa de Famara.
Si buscas conectar con el mar, la mayor Reserva Marina de Europa está a solo un paso de Lanzarote en ferry. Sin asfalto, solo bicis para moverse. Tú, montones de playas y mucha paz. ¿Quién quiere más?
Prepara el flotador, la segunda isla más grande de Canarias tiene las mejores playas y está salpicada con pueblos tan bonitos como el de Betancuria. Destacan la playa Cofete y el mar de dunas de Corralejo.
Carreteras panorámicas recorren los contrastes de esta isla paradisíaca. Las mejores fotos las harás en las dunas doradas de Maspalomas, en la preciosa playa de Güi Güi y en el atardecer del Pico de las Nieves.
El pico más grande de España, el Teide, playas volcánicas al norte y doradas al sur, los acantilados de los Gigantes, arquitectura colonial en la Laguna y tradición gastronómica en los guachinches.
¡Te vas a poner la botas! para caminar en los bosques de laurisilva del Parque Nacional Garajonay. Los senderos son el principal motivo para venir, además del atardecer en el valle Gran Rey y el silbo gomero.
Definida por joyas como la reserva Marina la Restinga en el Mar de las Calmas, piscinas naturales y los acantilados del Valle del Golfo que quitan el hipo. Nada rompe la paz en esta isla sin turismo de masas.
Bosques, cumbres, volcanes y plataneras conforman esta isla bonita que ha sabido relucir después de una gran erupción. Aquí encontrarás el mejor cielo estrellado y un mar de azules que hipnotizan.